En un momento histórico, el presidente electo Donald Trump se reunió con el presidente en funciones Joe Biden en la Casa Blanca, donde ambos acordaron una transición pacífica. En esta primera visita a la capital como presidente electo, Trump adoptó un tono provocador, sugiriendo ante los congresistas republicanos que, con un desempeño excepcional, podría merecer un tercer mandato, una idea prohibida por la Constitución pero que ha planteado en varias ocasiones.
Durante el encuentro con Biden, Trump expresó su deseo de una transición “tan fácil como sea posible”. La reunión, de dos horas, marca un esfuerzo por restaurar una práctica democrática interrumpida hace cuatro años, cuando el entonces mandatario Trump se negó a aceptar los resultados de las elecciones de 2020.
Horas antes, Trump había visitado el Congreso, donde fue recibido con ovaciones y donde los legisladores reeligieron al diputado Mike Johnson como líder de la Cámara de Representantes. Trump aprovechó la ocasión para adelantar algunos nombramientos de su nuevo gabinete, incluyendo a figuras controversiales como Marco Rubio, quien asumirá como secretario de Estado, y Matt Gaetz, designado como procurador general. Ambos nombramientos, junto con el del empresario Elon Musk como líder del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental, apuntan a una administración que promete desafiar el statu quo en varios frentes.
La transición se produce en un contexto de grandes cambios para el gobierno de Estados Unidos, con un gabinete que promete controversia y transformaciones profundas en políticas tanto nacionales como internacionales.
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