Este jueves, Edwin Antonio Rubio López, alias “El Oso”, presunto operador del Cártel de Sinaloa bajo el mando de Ismael "El Mayo" Zambada, fue trasladado al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) No. 1, conocido como el penal del Altiplano, ubicado en el Estado de México. La medida se tomó luego de que una jueza de distrito determinara prisión preventiva justificada mientras se realizan las investigaciones complementarias.
La detención de "El Oso" ocurrió el pasado 22 de octubre durante un enfrentamiento con fuerzas de seguridad en Culiacán, Sinaloa. En la operación, realizada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se registró un saldo de 19 presuntos delincuentes abatidos. Edwin Rubio fue capturado en posesión de armas de uso exclusivo del Ejército, cartuchos y cargadores, además de estar vinculado a delitos contra la salud en la modalidad de posesión, todos cometidos en pandilla.
Posterior a su detención, "El Oso" fue trasladado a la Ciudad de México, donde permaneció bajo resguardo de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO). La madrugada del 24 de octubre, un operativo coordinado por la Guardia Nacional (GN) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) aseguró su traslado al Altiplano, un penal de máxima seguridad conocido por albergar a miembros de alto perfil del crimen organizado.
Rubio López, identificado como integrante de la facción de "La Mayiza" del Cártel de Sinaloa, es considerado un hombre leal a "El Mayo" Zambada y a su hijo Ismael Zambada Sicairos, alias "El Mayo Flaco". Esta facción ha estado involucrada en disputas por el control del tráfico de drogas en la región, un contexto que ha derivado en diversos actos de violencia.
La audiencia inicial, celebrada en el penal, confirmó la medida cautelar y dio inicio a la fase de investigación complementaria. En las próximas semanas se espera que continúen las diligencias para determinar la responsabilidad penal de Rubio López en los delitos que se le imputan, además de posibles vínculos con otras actividades criminales del cártel.
El traslado de "El Oso" al Altiplano refuerza el enfoque del gobierno en mantener bajo estricto control a figuras relevantes del narcotráfico, especialmente aquellas ligadas al Cártel de Sinaloa, uno de los grupos delictivos más poderosos y activos de México.
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