Rusia ha expresado una enérgica condena al "asesinato político" del líder de Hezbolá, Hasán Nasrala, a manos de Israel, advirtiendo que este acto podría desencadenar una nueva oleada de violencia en el Líbano y en todo Oriente Medio. El Ministerio de Exteriores ruso emitió un comunicado en el que califica el ataque como un acto deliberado que pone en riesgo la estabilidad regional.
Reacción de Moscú
En su declaración, Rusia acusó a Israel de ser consciente de los peligros asociados con su acción y, a pesar de ello, optó por llevar a cabo el ataque. "Israel decidió actuar y matar a ciudadanos libaneses, lo que casi inevitablemente provocará una nueva oleada de violencia", subrayó el ministerio. Además, enfatizó que Israel "asume toda la responsabilidad por la escalada posterior".
Las autoridades rusas instaron a Tel Aviv a cesar de inmediato las hostilidades, sugiriendo que este paso podría ayudar a detener el derramamiento de sangre y crear condiciones propicias para un acuerdo político y diplomático en la región.
Contexto del Asesinato
La muerte de Hasán Nasrala fue confirmada por Hezbolá, que, en su comunicado, destacó que el líder se unió a las filas de los "grandes e inmortales mártires" que han luchado bajo su dirección durante casi tres décadas. La organización chií también reiteró su compromiso de continuar la lucha contra Israel "en apoyo de Gaza y Palestina, y en defensa de Líbano y su firme y honorable pueblo".
La situación se agrava con el contexto del ataque, que ha dejado al menos seis muertos y decenas de heridos en los suburbios de Beirut, donde el bombardeo tuvo lugar. Las autoridades libanesas han señalado que el ataque arrasó varios inmuebles residenciales, aumentando la preocupación por la seguridad civil en la región.
Implicaciones Regionales
La condena rusa resalta las tensiones ya existentes en Oriente Medio, donde los conflictos entre Israel y grupos como Hezbolá han llevado a episodios de violencia recurrentes. La declaración de Moscú se suma a las voces internacionales que expresan preocupación por la escalada de hostilidades y las repercusiones que esto puede tener sobre la población civil y la estabilidad regional.
Con el panorama cada vez más tenso, la comunidad internacional observa de cerca los desarrollos en la situación, que podría tener un impacto significativo en las dinámicas de poder en el Líbano y más allá.
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