En un controvertido fallo, un tribunal ruso sentenció a Ksenia Khavana, ciudadana con doble nacionalidad ruso-estadounidense, a 12 años de prisión por traición. Khavana fue acusada de recaudar fondos para apoyar al ejército ucraniano en medio del conflicto armado que ha escalado desde febrero de 2022. Según The First Department, una organización de derechos humanos, la sentencia se basa en una donación de 51 dólares a una organización benéfica en Estados Unidos que ayuda a Ucrania.
Khavana, identificada también como Karelina por las autoridades rusas, fue arrestada en febrero en Ekaterimburgo mientras visitaba a su familia. Durante el juicio, llevado a cabo a puerta cerrada, se declaró culpable de los cargos. La mujer, que había adquirido la nacionalidad estadounidense tras casarse y mudarse a Los Ángeles, regresó a Rusia temporalmente antes de ser detenida.
Este caso refleja la dura represión del gobierno ruso contra cualquier acto percibido como apoyo al ejército ucraniano. Desde el inicio del conflicto, las autoridades han implementado leyes estrictas que castigan severamente las críticas a las acciones militares rusas, así como cualquier colaboración con las fuerzas ucranianas.
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia afirmó que Khavana recaudó fondos para comprar suministros tácticos y equipos para el ejército ucraniano, lo cual fue catalogado como un acto de traición. Organizaciones no gubernamentales han expresado su preocupación por lo que consideran una persecución dirigida contra ciudadanos estadounidenses en Rusia.
Este incidente se suma a un contexto más amplio de tensiones entre Estados Unidos y Rusia, ejemplificado por el reciente intercambio de prisioneros políticos, el mayor desde el fin de la Guerra Fría. Entre los liberados se encuentran figuras destacadas como el periodista del Wall Street Journal, Evan Gershkovich, y la periodista de Radio Liberty, Alsu Kurmasheva, ambos acusados de espionaje y difusión de "información falsa" sobre el ejército ruso.
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