Cada lunes, por 70 minutos, Da Vinci, el escultor Sebastián y Rodrigo Murray cobran vida en el escenario con la reposición de 'Leonardo'. Este monólogo, escrito e interpretado por Murray, nunca ha sido tan relevante. Aunque solo hay un actor en escena, interactúa constantemente con un ente creado por el escultor Sebastián, un cubo que se adapta y transforma, casi como un actor más, interpretando múltiples roles según la historia lo requiera.
Antes de sumergirse en el monólogo, Murray habló sobre las representaciones de Da Vinci durante la apertura de los Juegos Olímpicos de París. "Leonardo era un tipo con un sentido del humor gigantesco. Si libró a todos esos terribles mecenas y seres de poder, fue gracias a su sentido del humor. Estoy seguro de que estaría divertidísimo con la reinterpretación de sus obras”, comentó Murray en entrevista con MILENIO.
Entrando en materia, “Leonardo es una obra que me llevó unos 15 años de investigación. Es un monólogo escrito por mí, basado en hechos reales de la vida de Leonardo da Vinci, con algunos toques de mi propia ficción”, explicó Murray. El actor interpreta a un personaje llamado Rodrigo que, bajo circunstancias complicadas, intenta crear una obra sobre el gran maestro del Renacimiento en el México contemporáneo.
La obra viaja en el tiempo, recreando la Florencia y el Milán de finales del 1400 a través de una majestuosa pieza del escultor Sebastián. “Voy transformando el espacio, lo que me permite contar estas dos historias que se entrelazan hasta llegar a un final que espero que la gente comparta con nosotros”, agregó Murray.
Sobre su colaboración con Sebastián, Murray contó que se hicieron amigos a través del trabajo, compartiendo anécdotas que se integraron al monólogo. “No menosprecio ni a los herreros ni a los escultores, son disciplinas distintas. Pero donde me gusta esculpir es en el teatro, aunque también aprecio mucho la televisión”, expresó.
La obra de Murray muestra a Da Vinci como un genio con un espíritu incansable por entender el secreto de la vida. “Leonardo buscaba, de alguna manera, la inmortalidad. Pero fracasó porque ese es un imposible. Los seres humanos somos finitos”, concluyó Murray. “El éxito es una cadena de eslabones fracasados. Leonardo intentó muchas cosas y aunque en su época no logró nada, hoy es reconocido como el genio del Renacimiento”.
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