Con las elecciones presidenciales de Estados Unidos programadas para el 5 de noviembre de 2024, los candidatos Donald Trump y Kamala Harris están intensificando sus esfuerzos por atraer a los empresarios y fomentar la inversión en el país. Ambos han presentado propuestas económicas que buscan captar la atención de las fábricas y los inversionistas, pero con enfoques y estrategias muy diferentes.
Propuestas de Donald Trump
Donald Trump, el ex presidente y candidato republicano, ha centrado su campaña en el regreso de las fábricas a Estados Unidos. Uno de sus principales enfoques es la implementación de aranceles severos. Según Trump, los automóviles fabricados en México enfrentarían un arancel de hasta el 200%, lo que, de concretarse, resultaría en un incremento significativo de los precios para los consumidores estadounidenses. Economistas de Goldman Sachs, consultados por CNN, advierten que incluso un aumento del 1% en los aranceles podría incrementar la inflación en una décima de punto.
Además, Trump ha propuesto reducir el impuesto corporativo del 21% al 15% para aquellas empresas que elijan fabricar sus productos en suelo estadounidense. Este recorte fiscal busca incentivar la producción local y atraer inversiones.
Sin embargo, sus propuestas no están exentas de controversia. Trump ha anunciado un plan de deportación masiva de entre 10 y 20 millones de inmigrantes, lo que podría generar escasez de mano de obra en diversas industrias, afectando la capacidad de las fábricas para operar y, en última instancia, los precios de los productos.
Trump también ha hablado de establecer una comisión de eficiencia gubernamental que realice una auditoría completa del gobierno federal y formule recomendaciones para reformas drásticas, buscando optimizar la administración pública y hacerla más efectiva.
Propuestas de Kamala Harris
Por su parte, Kamala Harris, la actual vicepresidenta y candidata demócrata, ha adoptado un enfoque diferente. En un evento realizado en Pittsburgh el 25 de septiembre de 2024, Harris anunció que busca atraer inversiones mediante la oferta de créditos fiscales a empresas manufactureras que deseen remodelar o reconstruir fábricas en Estados Unidos. Su objetivo es generar “buenos empleos sindicalizados” para la clase trabajadora.
Harris también ha prometido duplicar el número de aprendices registrados en el país, apoyando la formación de una mano de obra calificada para enfrentar los desafíos de un mercado laboral en constante evolución. Además, ha expresado su intención de realizar nuevas inversiones en sectores clave como la bio-manufactura, la industria aeroespacial, la inteligencia artificial y las energías limpias, aunque no ha proporcionado detalles específicos sobre cómo se implementarán estas políticas.
A pesar de que Harris no ha propuesto deportaciones masivas como su contrincante, su sitio web menciona la intención de regresar a una ley de seguridad fronteriza bipartita, lo que podría influir en el suministro de trabajadores necesarios para las fábricas.
Contexto Electoral
A medida que se acerca el día de las elecciones, es crucial que los votantes comprendan las diferencias entre las propuestas de Trump y Harris, especialmente en un contexto económico que busca recuperarse y adaptarse a las nuevas realidades del mercado global. La decisión del electorado el próximo 5 de noviembre no solo definirá la presidencia, sino también el rumbo económico del país y las políticas que impactarán a las empresas y trabajadores estadounidenses.
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