París cerró sus Juegos Olímpicos 2024 con una ceremonia memorable en el Estadio de Francia, donde la emoción y el simbolismo se combinaron en una despedida que quedará en la historia. El evento, que contó con la participación de figuras destacadas como Tom Cruise y Simone Biles, fue un reflejo del éxito y el espíritu olímpico que impregnaron la capital francesa durante 19 días de competencias.
La ceremonia comenzó con el apagado del pebetero olímpico, un momento cargado de significado, ejecutado por el nadador francés Léon Marchand, quien llevó la llama en una pequeña lámpara dorada desde los Jardines de las Tullerías hasta el Estadio de Francia. Este gesto simbólico marcó el fin de los Juegos y abrió paso a una serie de actuaciones que celebraron tanto la cultura francesa como la estadounidense.
En un gesto espectacular, la bandera olímpica fue entregada por el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass.
Posteriormente, la bandera fue confiada a Simone Biles, quien se destacó como una de las grandes heroínas de estos Juegos con tres medallas de oro. Finalmente, Tom Cruise, en una entrada impresionante, descendió desde la cubierta del estadio para llevarse la bandera en una motocicleta, recordando su icónico papel en "Misión Imposible 6".
El evento también rindió homenaje a seis atletas, uno de cada continente, entre ellos el luchador cubano Mijaín López, quien hizo historia al ganar su quinto oro consecutivo en lucha.
La ceremonia estuvo marcada por la interpretación de grandes clásicos de la canción francesa y estadounidense, simbolizando el vínculo cultural entre ambas naciones.
El último día de competencias no se quedó atrás en emociones, con el equipo de baloncesto femenino de Estados Unidos imponiéndose a Francia en una final apretada, y la neerlandesa Sifan Hassan rompiendo récords en el maratón femenino.
Los Juegos de París 2024 no solo fueron un éxito deportivo, sino también un evento cultural y social que dejó una huella imborrable en la historia del olimpismo. Ahora, el mundo mira hacia Los Ángeles 2028, con la expectativa de que la ciudad californiana continúe este legado con su propio toque especial.
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