CV NOTICIAS- 02 JULIO 2024
El próximo gobierno mexicano, liderado por la presidenta electa Claudia Sheinbaum, abandonará la aspiración de reducir las importaciones de maíz amarillo y lograr la autosuficiencia en la producción de este grano, según Julio Berdegué, quien asumirá como Secretario de Agricultura. Durante años, el gobierno saliente de Andrés Manuel López Obrador intentó sustituir las cuantiosas importaciones de maíz amarillo con producción local, pero con resultados limitados.
En una entrevista reciente, Berdegué explicó que el nuevo objetivo será incrementar la producción general de maíz, sin enfocarse específicamente en reducir las importaciones de maíz amarillo. México seguirá siendo un comprador clave de maíz amarillo transgénico de Estados Unidos, necesario para alimentar ganado y satisfacer el creciente consumo de carne en el país.
Ambos países están actualmente envueltos en una disputa comercial sobre el maíz que se está resolviendo en un panel del acuerdo T-MEC. El conflicto surgió tras un decreto de 2023 del gobierno de López Obrador que prohíbe el maíz amarillo para consumo humano directo, pero permite su uso como alimento para ganado y en la industria. Estados Unidos argumenta que esta prohibición carece de base científica y viola compromisos del T-MEC, mientras que México sostiene que no afecta las importaciones del grano.
Berdegué reafirmó que el gobierno de Sheinbaum apoyará completamente este decreto y mantendrá la autosuficiencia en maíz blanco. Asimismo, destacó que si no hay problemas con la importación de maíz amarillo transgénico para usos forrajeros e industriales, no debería haber conflictos comerciales.
En otro tema, Berdegué mencionó que el gobierno de Sheinbaum buscará renovar la gobernanza del agua en el sector agrícola, el principal usuario de este recurso. Parte de esta iniciativa incluye combatir la deforestación, que en gran medida es provocada por actividades agropecuarias como la ganadería y el cultivo de aguacate. El nuevo gobierno se propone reducir la deforestación en un 50% para 2030, una meta ambiciosa pero considerada alcanzable por Berdegué.
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