El Dr. Nicolás Sánchez Utrera, titular de la Jurisdicción Sanitaria número 7, ha advertido sobre una preocupante vulnerabilidad en niños y jóvenes que sufrieron los efectos del confinamiento y la pandemia de COVID-19. Según el doctor, aquellos que experimentaron altos niveles de estrés debido a las restricciones sociales y el aislamiento son más propensos a desarrollar pensamientos suicidas.
El confinamiento afectó de manera drástica la salud mental de la población más joven, generando niveles elevados de ansiedad, depresión y aislamiento social, que han derivado en una mayor incidencia de trastornos emocionales.
El Dr. Sánchez Utrera explicó que esta vulnerabilidad está estrechamente relacionada con los cambios en las dinámicas familiares, educativas y sociales que se impusieron durante la pandemia, lo que dejó a muchos jóvenes sin los espacios de apoyo que normalmente habrían encontrado en sus entornos habituales.
El doctor también subrayó la importancia de la capacitación adecuada del personal de salud para identificar las señales de alerta en estos jóvenes y brindarles el apoyo necesario. La detección temprana de síntomas de ansiedad, depresión y otros trastornos emocionales es clave para prevenir el suicidio y ofrecer un tratamiento oportuno que pueda salvar vidas.
"Es esencial que los profesionales de la salud, los educadores y los padres estén atentos a estos signos para actuar rápidamente", concluyó el titular de la Jurisdicción Sanitaria.
Comments