El líder de Hezbolá, Hasán Nasrala, habló por primera vez desde las recientes detonaciones de dispositivos electrónicos, calificándolas como un "golpe severo" y acusando a Israel de haber "cruzado una línea roja". Durante su discurso transmitido en video desde una ubicación secreta, Nasrala aseguró que Hezbolá continuará sus ataques diarios contra Israel mientras siga la guerra en Gaza.
Nasrala advirtió que "el enemigo enfrentará un castigo severo, desde donde lo espera y desde donde no lo espera". Aunque es común que Hezbolá convoque a concentraciones masivas para escuchar sus discursos, en esta ocasión no hubo reuniones.
El discurso de Nasrala se produjo mientras Hezbolá lanzó al menos cuatro ataques contra el norte de Israel, resultando en la muerte de dos soldados israelíes. En respuesta, Israel lanzó ataques aéreos sobre el sur del Líbano, alcanzando instalaciones de Hezbolá, incluidas plataformas de misiles.
El ministro de defensa israelí, Yoav Gallant, advirtió que Hezbolá "pagará un precio cada vez más caro" mientras Israel busca asegurar las condiciones para que los residentes en su frontera con Líbano puedan regresar a sus hogares.
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