Los días de julio han sido especialmente complicados para Andrés Manuel López Obrador, su gobierno, su familia y su partido. A medida que agosto se aproxima, no parece que la situación vaya a mejorar. Utilizando títulos de libros para ilustrar esta compleja realidad, se pueden mencionar "Relámpagos de agosto" de Jorge Ibergüengoitia y "Los recuerdos del porvenir" de Elena Garro.
En estas últimas semanas, la captura en Estados Unidos de Mayo Zambada y el hijo del Chapo Guzmán ha expuesto la aparente ineficacia y posible complicidad del gobierno mexicano en la lucha contra los líderes del narcotráfico. Es difícil comprender cómo ambos personajes pudieron salir en una avioneta desde Hermosillo, Sonora, sin que las autoridades locales, lideradas por Alfonso Durazo y Víctor Hugo Enríquez, intervinieran.
La detención de estos capos parece responder a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, lo que genera expectativas sobre las acciones futuras de dicho país en el contexto de sus elecciones presidenciales. Donald Trump ya ha declarado que los cárteles tienen un control significativo en México, pudiendo incluso destituir al presidente en cuestión de minutos.
Además, AMLO enfrenta la crítica por su manejo del caso Ayotzinapa. En una carta desde Palacio Nacional, intentó justificar su investigación sobre la desaparición de los estudiantes, sin reconocer la participación del Ejército. Este gesto contrasta con sus promesas de campaña, donde se comprometió a esclarecer los hechos y a combatir la impunidad. Los familiares de los estudiantes respondieron con una dura misiva acusando a López Obrador de mentirles y traicionarles.
Otra fuente de turbulencia proviene de las acusaciones contra los hijos de AMLO, Gonzalo y Andrés, quienes han sido señalados por presuntos actos de corrupción y tráfico de influencias.
En una carta publicada en La Jornada, se defendieron alegando ser víctimas de calumnias.
El cierre del sexenio de AMLO se prevé tormentoso, marcado por un aumento en la violencia, problemas diplomáticos y económicos, y una reforma judicial que promete generar controversia. El legado de López Obrador incluye también el escándalo de corrupción en Segalmex y su influencia en la elección presidencial a favor de Claudia Sheinbaum.
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