Un informe reciente de Amnistía Internacional (AI) revela que el número de ejecuciones en todo el mundo alcanzó en 2023 su nivel más alto desde 2015, con un total de 1,153 ejecuciones registradas, lo que representa un aumento del 31% en comparación con el año anterior. Esta escalofriante cifra se debe en gran medida al alarmante incremento de ejecuciones en Irán y a la continua opacidad de datos en China, donde se estima que miles de personas han sido ajusticiadas.
Detalles del Informe
El análisis “Penas de muerte y ejecuciones 2023” de AI destaca que Irán fue responsable de 853 ejecuciones, lo que equivale al 74% del total mundial. Este número refleja un aumento del 48% respecto a las 576 ejecuciones en 2022, con muchas de ellas relacionadas con delitos de estupefacientes. Agnès Callamard, secretaria general de AI, subrayó el "desprecio total por la vida humana" mostrado por las autoridades iraníes en su aplicación de la pena capital.
Además, el informe también indica que se registraron 2,428 nuevas condenas a muerte en 2023, un aumento del 20% respecto a las 2,016 del año anterior. Este incremento en las penas de muerte destaca un panorama preocupante en el uso de esta práctica a nivel global.
La Situación en China
Pese a la falta de datos específicos, AI estima que China sigue siendo el líder mundial en ejecuciones, con un número que podría alcanzar cifras de miles. La organización critica el secretismo del gobierno chino, así como el de otros países como Corea del Norte y Vietnam, donde se cree que la pena de muerte se utiliza para ejercer control sobre la población y sembrar el miedo.
Otros Países con Ejecuciones Registradas
Después de Irán y China, otros países con ejecuciones confirmadas incluyen a Arabia Saudí (172), Somalia (38, aunque AI considera que la cifra es mayor) y Estados Unidos (24). Estos datos resaltan la disparidad en la aplicación de la pena capital en diferentes contextos geográficos y políticos.
Progreso hacia la Abolición
A pesar del alarmante aumento en las ejecuciones y condenas a muerte, el informe de Amnistía Internacional también resalta un aspecto positivo: el número de países que aplican la pena capital está disminuyendo. En 2023, solo 16 países llevaron a cabo ejecuciones, una reducción con respecto a 20 en 2022. Entre los países que han dejado de aplicar la pena de muerte se encuentran Bielorrusia, Japón, Birmania y Sudán del Sur.
Además, en Pakistán se eliminó la pena capital para delitos relacionados con las drogas, y Malasia ha abolido esta condena para ciertos crímenes. También se observan avances en Ghana, Kenia, Liberia y Zimbabue, donde los parlamentos están tomando medidas hacia la abolición de la pena de muerte.
El informe de Amnistía Internacional subraya la necesidad de una acción concertada para abordar la creciente preocupación por el uso de la pena de muerte en varios países. Aunque hay señales de progreso hacia la abolición, los datos sobre ejecuciones y condenas a muerte reflejan un desafío persistente en la lucha por los derechos humanos a nivel global.
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