CV NOTICIAS- 12 JULIO 2024
En los últimos nueve años, México ha visto un notable incremento en sus importaciones desde China, casi duplicándose hasta alcanzar los 10,481 millones de dólares en abril de este año. En comparación, en el mismo mes de 2015, las importaciones eran de 5,531 millones de dólares, marcando un crecimiento del 90%. Este aumento contrasta con el crecimiento del 63% en las importaciones totales del país, destacando una dependencia cada vez mayor de los productos chinos.
A pesar de este crecimiento, las exportaciones de México a China siguen siendo marginales, totalizando apenas 930 millones de dólares en abril de este año. Esto establece una relación de intercambio extremadamente desigual, donde por cada dólar exportado a China, México importa once.
Este contexto es crucial para comprender la reciente decisión de Estados Unidos de imponer un arancel del 25% a las importaciones de acero que no se haya fundido en alguno de los países de Norteamérica. Esta medida refleja la preocupación de que China esté utilizando a México como un canal para evitar los aranceles impuestos por Estados Unidos.
Independientemente del partido en el poder, la postura agresiva de Estados Unidos hacia China se mantendrá firme. Tanto demócratas como republicanos coinciden en ver a China como una amenaza económica y actuarán en consecuencia, afectando inevitablemente a México.
México enfrenta una disyuntiva entre mantener su relación estratégica y económica con Estados Unidos y la creciente seducción de China, que no solo vende más productos a México, sino que también busca invertir en el país. Aunque el TMEC debería proporcionar un marco legal claro para regular las exportaciones entre México y Estados Unidos, las tensiones políticas y estratégicas complican la situación.
La reciente medida arancelaria de Estados Unidos, respaldada por México, es solo el comienzo de una serie de desafíos en sectores clave como la industria automotriz. Aunque las afirmaciones de grandes plantas automotrices chinas en México son exageradas, las importaciones de autos chinos están en auge, alimentando temores y presiones políticas en Estados Unidos.
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