El presidente de Argentina, Javier Milei, ha vetado la Ley de Financiamiento Universitario, que buscaba aumentar el presupuesto destinado a las universidades públicas, y que fue aprobada por el Congreso el 13 de septiembre. Milei califica esta ley como un “irresponsable proyecto de aumento del gasto público” y reafirma su compromiso de no apoyar iniciativas que no cuenten con una partida presupuestaria específica, argumentando que amenazan el equilibrio fiscal.
Este veto se produce tras una multitudinaria protesta el miércoles por parte de estudiantes y docentes frente al Congreso en Buenos Aires, así como en casi 50 ciudades del país, en defensa de la educación pública y en rechazo al ajuste económico implementado por su gobierno.
Desde la Oficina de la Presidencia se comunicó que “los legisladores no pueden hacer populismo demagógico con los recursos de quienes pagan impuestos”, enfatizando que la administración de Milei no cederá ante lo que consideran un espectáculo mediático. La declaración también señala que el objetivo del gobierno es “terminar con el modelo empobrecedor de los últimos 100 años y volver a hacer a la Argentina grande otra vez”.
A pesar de protestas masivas, que en abril llevaron a Milei a revertir un recorte presupuestario, la gestión actual ha reiterado su postura de que las universidades públicas son espacios de “adoctrinamiento socialista”, justificando así la reducción del financiamiento. Sin embargo, el rechazo social a esta narrativa es evidente, dado el reconocimiento y la valoración que las universidades tienen entre los argentinos.
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