La escalada de tensiones entre Israel e Irán ha generado preocupación internacional, luego de que el ex primer ministro israelí, Naftali Bennett, defendiera un ataque militar centrado en las instalaciones nucleares iraníes, en respuesta al reciente lanzamiento de casi 200 misiles por parte de Irán. A pesar de la fuerte postura israelí, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, rechazó la idea de apoyar tales acciones, afirmando que cualquier respuesta debe ser "proporcionada" y evitando el riesgo de una guerra regional a gran escala.
Mientras los diplomáticos internacionales intentan mitigar la posibilidad de un conflicto mayor, fuentes diplomáticas europeas advierten sobre el peligro real de una extensión del enfrentamiento. El equipo del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, parece decidido a aprovechar la ventaja estratégica, aunque la comunidad internacional está preocupada por las repercusiones de una acción militar contra Irán.
El analista político James Demmin-De Lise sugiere que Israel podría estar buscando un cambio de régimen en Teherán, ya que las recientes ofensivas han debilitado significativamente a Irán y sus aliados. Mientras tanto, los ataques israelíes contra Hezbolá en el sur del Líbano continúan, con ocho soldados israelíes muertos en combates, las mayores bajas en el último año de enfrentamientos.
El conflicto en Líbano ha causado hasta ahora la muerte de 1,400 personas y ha desplazado a más de 900,000 hacia el norte, mientras que bombardeos recientes en Beirut han cobrado más víctimas en un centro de primeros auxilios de Hezbolá, elevando la cifra de fallecidos a seis.
댓글