El conflicto entre Ucrania y Rusia ha alcanzado nuevos niveles de intensidad, con ambos países lanzando ataques contra infraestructuras críticas, desencadenando incendios y cortes de energía. Un dron ucraniano impactó un depósito de combustible en la región rusa de Rostov, generando un incendio que ya lleva tres días activo y ha devastado 10,000 metros cuadrados. La incursión en la provincia de Kursk, la primera desde la Segunda Guerra Mundial, permitió a las tropas ucranianas capturar un gran número de prisioneros rusos.
Mientras tanto, Rusia respondió con ataques contra instalaciones energéticas en Ucrania, dejando sin electricidad a miles de personas. Estos incidentes reflejan la escalada continua de un conflicto que ha desestabilizado la región y planteado serios desafíos a las infraestructuras estratégicas de ambos países. La situación en el Donbás también sigue siendo crítica, con las tropas rusas avanzando hacia la ciudad de Pokrovsk, un punto clave para la defensa ucraniana.
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