Fiscales de Estados Unidos han presentado una acusación en la que se revela que una empresa de medios vinculada a seis influyentes figuras conservadoras trabajó, sin su conocimiento, en una operación encubierta de influencia rusa. Entre los involucrados se encuentran reconocidos influencers como Tim Pool, Dave Rubin y Benny Johnson, quienes, según la acusación, fueron contratados por una empresa que actuaba como fachada para financiar la creación de contenido que favorecía los intereses del Kremlin.
Los fiscales afirman que empleados de RT, un medio estatal ruso, canalizaron cerca de 10 millones de dólares a una empresa de Tennessee para producir videos en inglés, cuyo objetivo era exacerbar divisiones internas en Estados Unidos. Esta operación coincide con los intentos previos de Rusia de interferir en las elecciones estadounidenses, como lo ocurrido en 2016 y 2020. Aunque los influencers no son acusados de delito alguno, sí habrían recibido información falsa sobre el origen de los fondos.
Los influencers han emitido comunicados asegurando que fueron víctimas de la operación. El Departamento de Justicia también ha señalado que Rusia sigue utilizando tácticas similares para influir en las elecciones de 2024, aprovechando la creciente popularidad de los creadores de contenido en redes sociales.
Kommentare