Haití vive una crisis profunda mientras el empresario Alix Didier Fils-Aimé asume como nuevo primer ministro interino. La violencia ha alcanzado niveles alarmantes, con pandillas armadas controlando gran parte de Puerto Príncipe. La violencia reciente incluyó disparos contra un avión comercial de Spirit Airlines en el aeropuerto de la capital, obligando al cierre temporal del mismo. En paralelo, actividades como la educación y el comercio también se han visto interrumpidas.
El consejo de transición que destituyó al anterior primer ministro, Garry Conille, busca restaurar el orden democrático en un contexto de creciente inseguridad y caos. Sin embargo, muchos haitianos, como Martha Jean-Pierre, siguen expuestos a la violencia mientras intentan ganarse la vida, con escaso interés en la situación política.
Washington, que apoya a la fuerza internacional de seguridad desplegada en Haití, ha instado a Fils-Aimé a priorizar la gobernabilidad para restaurar la paz en el país. Naciones Unidas calcula que las pandillas controlan hasta el 85% de Puerto Príncipe. A pesar del esfuerzo internacional, la falta de financiamiento y personal continúa limitando la efectividad de la misión en Haití.
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