En una lucha que ha durado años, las familias de personas desaparecidas comienzan a ver avances en su misión de obtener visibilidad y apoyo para sus seres queridos. Guadalupe Mendiola, integrante del colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros, reconoció que, hasta hace poco, hablar de desapariciones era un tema estigmatizado, y muchos ciudadanos asumían que los desaparecidos estaban involucrados en actividades ilegales. Esta percepción, aunada a la falta de atención de las autoridades, hacía que la búsqueda de justicia fuera un proceso doloroso y solitario.
Este año, la situación ha cambiado. Tanto el gobierno como la iglesia han mostrado una mayor apertura y compromiso con las familias de los desaparecidos.
Este respaldo se manifiesta en palabras de aliento y oraciones que, aunque sencillas, han traído alivio y un sentido de acompañamiento a quienes han padecido años de incertidumbre y dolor. Para Mendiola y su colectivo, estas acciones son un primer paso significativo en la reconstrucción de la confianza entre las autoridades y la sociedad civil.
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