El senador Francisco Ramírez Acuña, exsecretario de Gobernación durante el gobierno de Felipe Calderón, se ha deslindado de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, afirmando que casi no tuvo contacto con él y que no estaba al tanto de sus vínculos con el Cártel de Sinaloa. En declaraciones hechas al inicio de la sesión del Senado este martes, Ramírez Acuña explicó que un decreto emitido por Calderón al inicio de su mandato le quitó a la Secretaría de Gobernación (Segob) las facultades en materia de seguridad, que pasaron a ser manejadas directamente desde Los Pinos.
Ramírez Acuña señaló que, debido a esta reestructuración, su contacto con García Luna fue mínimo. "No tuvimos ninguna información en ese sentido; lo que sí le manifesté al presidente era que era urgente que al Ejército lo regresáramos ya a los cuarteles", declaró el legislador. Este comentario resalta la desconexión que, según él, existía entre Segob y el aparato de seguridad pública durante el sexenio de Calderón.
El senador también recordó que Juan Camilo Mouriño, quien falleció en 2008 en un accidente aéreo, era el encargado de las tareas de seguridad en ese entonces. "Casi no conviví con él (García Luna), porque el presidente nos dictó un decreto donde los temas de seguridad se los quita a Gobernación y los maneja directamente en Los Pinos", afirmó Ramírez Acuña.
Además, el exgobernador de Jalisco apoyó el llamado del presidente del PAN, Marko Cortés, para que Calderón explique ante la opinión pública la información que tuvo sobre su entonces secretario de Seguridad Pública, quien recientemente fue condenado a 38 años de prisión en Estados Unidos por sus vínculos con el Cártel de Sinaloa. “Creo que el presidente debe comentar a los mexicanos cuáles fueron las condiciones en las que se dio la integración de su gabinete, incluyendo el tema de García Luna”, subrayó Ramírez Acuña.
Esta situación plantea interrogantes sobre la relación entre el gobierno de Calderón y la seguridad pública en México, así como las responsabilidades de los funcionarios en la administración del entonces presidente. La defensa de Ramírez Acuña sugiere un intento por desvincularse de un escándalo que ha manchado la imagen de varios altos funcionarios del gobierno anterior.
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