CV Noticias - 10 de Julio de 2024
En San Antonio, Baja California Sur, el agua potable que llega a los hogares supera los límites permitidos de arsénico, según las normas mexicanas. El pozo Santa Cruz, operado por el Organismo Operador Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (Oomsapas) de La Paz, ha registrado niveles de arsénico que exceden las normas en muestreos realizados entre 2019 y 2022. La comunidad de San Antonio, afectada por la contaminación, ha experimentado un aumento en enfermedades como cáncer, diabetes e insuficiencia renal.
Bernardo Torres, un maestro jubilado, expresa su preocupación: “Siempre hemos estado muy preocupados y atentos por el agua en San Antonio. Mi padre murió de cáncer de estómago, mi esposa y mi hija fallecieron de diabetes e insuficiencia renal”. Las autoridades han informado que el agua del pozo pasa por un clorador, pero no por un proceso de ósmosis inversa, esencial para eliminar metales pesados como el arsénico.
El Oomsapas La Paz ha invertido 500 mil pesos en mantenimiento de pozos y 23 mil pesos en obras de agua potable desde 2019, pero la infraestructura sigue en malas condiciones. La planta potabilizadora de San Antonio, instalada en 1997 y rehabilitada en 2013, produce 275 metros cúbicos de agua anuales, entregados en garrafones a la comunidad. Sin embargo, los residentes desconfían de su calidad y prefieren abastecerse de otras fuentes, gastando alrededor de 2,500 pesos mensuales en agua potable.
Investigaciones del Instituto Politécnico Nacional (IPN) han mostrado que los habitantes de San Antonio presentan concentraciones de arsénico urinario superiores a los límites permitidos, sugiriendo una exposición continua a esta sustancia tóxica. La comunidad ha solicitado al gobierno la perforación de un nuevo pozo en un área no contaminada, pero hasta ahora, las soluciones han sido insuficientes.
La directora del Oomsapas La Paz, Zulema Lazos, afirmó que se realizan pruebas periódicas al agua y que la planta potabilizadora cumple con las normas. Sin embargo, la comunidad sigue preocupada por la calidad del agua y su impacto en la salud.
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