El reciente accidente ocurrido en la tirolesa del paraje Micos en Ciudad Valles ha revelado la falta de supervisión y regulación adecuada en este tipo de atracciones turísticas. Expertos en seguridad y Protección Civil han señalado la urgente necesidad de contar con personal capacitado y certificado en la instalación y operación de tirolesas para prevenir futuros incidentes.
Actualmente, en México no existen normativas específicas para regular la construcción de tirolesas, lo que deja un vacío en cuanto a la seguridad de los usuarios. En Ciudad Valles, las condiciones climáticas y el desgaste natural del equipo obligan a cambiar los cables cada 3 a 4 años, o antes si presentan fallas. Estos cables, de 1/2 pulgada y con una resistencia mínima de 12 toneladas, deben ser certificados por los operadores en el momento de la compra y acompañados de documentación que avale su seguridad.
Protección Civil ha recalcado la importancia de que las inspecciones de seguridad sean realizadas por expertos con certificación internacional, algo que no sucede en la mayoría de los casos. Para garantizar la seguridad, las inspecciones deben seguir los estándares internacionales, como los establecidos por la Asociación de Cursos de Canopy y Tirolesas (ACCT).
Además, se recomienda que, tras cualquier accidente, las puntas del cable donde ocurrió la falla sean enviadas a fabricantes especializados para un análisis forense y determinar las causas exactas del desperfecto.
La falta de normativas claras y la ausencia de inspectores certificados incrementa el riesgo para los usuarios de tirolesas. Las autoridades deben establecer regulaciones que aseguren la seguridad de los turistas y locales que disfrutan de estas actividades. Mientras tanto, empresas turísticas y Protección Civil deben tomar medidas inmediatas para garantizar que todas las tirolesas en la región cumplan con los más altos estándares de seguridad.
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