La victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses ha acelerado los planes de varias empresas para trasladar su producción fuera de China, ante la posibilidad de nuevos aranceles a los productos importados. Steven Madden, el gigante del calzado, anunció que reducirá en un 40% su producción en China para 2025, mucho más de lo previsto inicialmente.
“Desde la victoria de Trump, hemos puesto en marcha este plan”, señaló Edward Rosenfeld, CEO de Steven Madden, durante una conferencia telefónica con analistas. La empresa ha comenzado a trasladar su producción a otros países como México y Camboya, en un esfuerzo por mitigar el impacto de posibles aranceles.
Empresas como Whirlpool y Church & Dwight también están tomando medidas para reducir su dependencia de las fábricas chinas. Jim Peters, director financiero de Whirlpool, advirtió sobre posibles aumentos de precios en los microondas si los aranceles entran en vigor, aunque destacó que gran parte de su producción ya es local. Rick Dierker, de Church & Dwight, comentó que la empresa ha reubicado parte de su producción de cuidado bucal a otros países.
La dependencia de las empresas estadounidenses en la manufactura china se enfrenta ahora a desafíos significativos. La "guerra comercial" con China impulsada por Trump podría tener efectos de gran alcance en la economía global y en los precios de productos básicos en Estados Unidos, mientras las empresas buscan asegurar cadenas de suministro más resistentes y menos expuestas a futuros aranceles.
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