En las alturas de El Alto, Bolivia, un grupo de mujeres indígenas está revolucionando el mundo de la lucha libre. Las Cholitas Luchadoras, vestidas con polleras, trenzas largas y sombreros típicos, desafían los estereotipos de género y etnicidad en el ring. Benita La Intocable y María José Simonini, dos de las protagonistas de este fenómeno, suben al cuadrilátero con orgullo, intercambiando llaves y castigos en una coreografía cargada de valor y resistencia.
Hace más de 22 años, estas mujeres comenzaron a demostrar que, con su vestimenta tradicional, son capaces de realizar las mismas proezas que cualquier gladiador. "Las caídas y golpes son reales", afirma María José Simonini, estudiante de educación física y descendiente de un legendario luchador boliviano. Sin seguro médico y con ingresos modestos, las Cholitas enfrentan lesiones y fracturas, pero lo hacen con un inquebrantable sentido de orgullo por su cultura.
Además de luchar en Bolivia, estas mujeres han llevado su espectáculo a otros países como Colombia, Chile, Brasil y Argentina. Sueñan con presentarse en México, la cuna de la lucha libre, inspiradas por figuras como Místico y Lady Shani. Con el apoyo de las redes sociales, las Cholitas han logrado compartir su cultura y su mensaje de empoderamiento femenino en todo el mundo.
El orgullo por sus raíces, su fuerza y la identidad indígena de las Cholitas no solo desafían las expectativas en el ring, sino que también derriban barreras sociales y culturales. Como sostiene Benita La Intocable: "Somos buenas para todo, para volar, para caer y para representar con orgullo a la chola paceña."
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