Durante la reciente edición del Consejo Mundial de Robótica en Pekín, China demostró su liderazgo en la innovación robótica a través de una impresionante variedad de aplicaciones que se extienden desde el entretenimiento hasta complejos procedimientos médicos.
El evento, que atrajo a una audiencia predominantemente joven, presentó desde pequeños robots futbolistas hasta avanzados humanoides diseñados para interacciones multimodales, destacando el creciente papel de estas tecnologías en la vida cotidiana y la industria global.
Entre las estrellas de la exposición se encontraba un robot barista desarrollado por Aubo, que opera independientemente sin necesidad de recargar sus depósitos manualmente, destacándose en el mercado interno chino con ventas significativas. Asimismo, la firma COFE mostró su máquina que ya opera en 50 países, siendo Starbucks uno de sus principales clientes.
Además de los robots dedicados al servicio y comercio, el evento también exploró aplicaciones médicas y creativas. Un ejemplo es el robot masajista de Aubo, que simula movimientos humanos de masaje, y un artista robótico desarrollado por la Universidad de Pekín capaz de realizar retratos detallados a partir de reconocimiento facial.
Sin embargo, no todo en el evento fue recibido con admiración. Se presentaron escenas donde robots cuadrúpedos eran maltratados, lo que plantea cuestiones éticas sobre el uso y tratamiento de la robótica avanzada.
Este evento no solo mostró el progreso tecnológico sino que también reflejó las diversas maneras en que la robótica podría integrarse más profundamente en la sociedad global, desde el comercio hasta la educación y el entretenimiento.
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