CV Noticias - 15 de mayo de 2024
En un nuevo capítulo de la larga guerra comercial entre Estados Unidos y China, el presidente Joe Biden anunció un significativo aumento de aranceles sobre vehículos eléctricos, paneles solares, acero y otros productos de fabricación china. La Casa Blanca justificó estas medidas como una respuesta a políticas comerciales consideradas injustas por parte de China, con el objetivo declarado de proteger los empleos estadounidenses.
Los aranceles anunciados incluyen un impuesto del 100% sobre vehículos eléctricos procedentes de China, además de aumentos en los aranceles sobre paneles solares y productos de acero y aluminio. Estas medidas, que afectarán a importaciones valuadas en alrededor de US$18.000 millones, marcan un movimiento más en la confrontación comercial entre ambas potencias.
El gobierno chino ya ha criticado estos planes, aunque los analistas sugieren que los aranceles son en gran medida simbólicos y podrían ser una estrategia política en un año electoral. Estas medidas se suman a los aranceles impuestos por el expresidente Donald Trump durante su mandato, citando prácticas comerciales desleales.
La administración Biden, tras revisar casi 1.500 comentarios de la industria y la comunidad empresarial, decidió mantener los aranceles vigentes y ampliarlos a nuevos sectores, a pesar de las preocupaciones sobre la inflación persistente en Estados Unidos.
Aunque algunos analistas consideran que estos aranceles podrían tener un impacto mínimo en la inflación y el crecimiento económico, hay una preocupación creciente sobre el efecto que podrían tener en la industria automotriz y en la transición hacia tecnologías más limpias, como los vehículos eléctricos.
El conflicto comercial entre Estados Unidos y China ha generado más de US$200.000 millones en nuevos impuestos fronterizos para el gobierno estadounidense, pero también ha provocado una reorganización significativa de los patrones del comercio mundial.
Mientras tanto, el mundo empresarial está atento a la respuesta de Europa, que está considerando medidas similares para frenar las importaciones de vehículos eléctricos chinos. La Unión Europea y el Reino Unido debaten estas medidas, lo que podría tener un impacto aún mayor en la industria automotriz global.
El panorama económico mundial está marcado por la incertidumbre derivada de estas tensiones comerciales, y el efecto final de estas medidas aún está por determinarse. Sin embargo, lo que queda claro es que la disputa entre Estados Unidos y China continúa siendo un factor importante en la economía global.
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