La noche del lunes, Magaly Janet Nava Ramos, agente de la Fiscalía General de la República (FGR) en Colima, fue asesinada en un ataque armado en el Barrio 5 del Valle de las Garzas, en Manzanillo. Según informes, dos sujetos en una motocicleta se emparejaron al vehículo que conducía la agente y le dispararon en múltiples ocasiones.
Este trágico incidente ocurre en un contexto alarmante para el estado de Colima, que ha visto un aumento significativo en la violencia. Según datos periodísticos, entre el 1 y el 22 de octubre, se han registrado 60 homicidios, situando a Colima como el estado con el más alto índice de homicidios por cada 100,000 habitantes en el país.
Con una población de 732,000 habitantes, Colima presenta una tasa de homicidios de 94.7 por cada 100,000, más del triple de la media nacional de 24.9. Esta situación es particularmente preocupante, ya que Colima se posiciona como el estado más violento por segundo año consecutivo, con un promedio de 111 homicidios por cada 100,000 habitantes en 2023, según el estudio Índice de Paz.
El aumento de la violencia en Colima se ha atribuido, en gran medida, a la pugna interna dentro del Cártel de Sinaloa, particularmente entre los grupos de La Mayiza y Los Chapitos, quienes compiten por el control del Puerto de Manzanillo y las rutas de trasiego de droga en el occidente del país.
El asesinato de la agente Nava Ramos no solo representa una tragedia personal, sino también un grave golpe a la seguridad pública y a la confianza en las instituciones en un estado que ya enfrenta serios desafíos en materia de violencia y criminalidad. Las autoridades deben actuar con rapidez y determinación para abordar esta crisis y proteger a quienes sirven a la ley.
Comments