Las carreteras rurales del condado de Holmes, Ohio, han sido durante décadas territorio de pequeños carruajes negros tirados por caballos, un emblema de la comunidad Amish. Sin embargo, hoy en día, es común ver a los Amish, vestidos con su tradicional ropa del siglo XIX, recorriendo a toda velocidad en bicicletas eléctricas.
Aunque generalmente reacios a la tecnología moderna, los Amish están adoptando cada vez más las bicicletas eléctricas, junto con los paneles solares y las baterías que las alimentan. Este cambio ha llevado a que el condado de Holmes se convierta en un mercado maduro para las bicicletas eléctricas, superando a ciudades como Cleveland y Nueva York en términos de adopción.
Jesse Lapin, cofundador y director de operaciones de Magnum, reveló que han vendido alrededor de 10,000 bicicletas eléctricas en la última década en el condado de Holmes. La empresa vende miles de bicicletas anualmente a través de distribuidores Amish, quienes han mostrado un entusiasmo notable por esta tecnología.
El atractivo de las bicicletas eléctricas en esta comunidad radica en su capacidad para facilitar los desplazamientos en la geografía montañosa del condado de Holmes. David Kline, un obispo Amish y granjero retirado, explica que las bicicletas eléctricas se introdujeron como una solución práctica para los trabajadores Amish que necesitan viajar varios kilómetros hasta sus empleos.
El condado de Holmes, con una población Amish que representa aproximadamente el 45% del total, ha visto una amplia adopción de sistemas solares y baterías, lo que ha impulsado aún más el uso de bicicletas eléctricas. Este enfoque ecológico ha sido pionero en la región, con casi todos los hogares Amish utilizando alguna forma de energía solar.
A nivel nacional, la propiedad de bicicletas eléctricas en Estados Unidos alcanzó un récord de 1.1 millones de unidades en 2022, según un informe del Departamento de Energía. A nivel global, se estima que el mercado de bicicletas eléctricas podría alcanzar un valor de 77,600 millones de dólares para 2028.
Aunque las bicicletas eléctricas han sido aceptadas por muchas iglesias Amish, algunos grupos más conservadores todavía las rechazan, temiendo que esta adopción tecnológica pueda llevar eventualmente a la aceptación de los automóviles, algo que históricamente han evitado para preservar su comunidad.
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