Ante la posible vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca, luego de la decisión de Joe Biden de no buscar la reelección, México podría enfrentar retos significativos en la relación bilateral con Estados Unidos. Las recientes amenazas de Trump de imponer aranceles a los bienes manufacturados en México, especialmente los automóviles eléctricos producidos por empresas chinas, generan preocupación entre los expertos.
Gustavo Uruchurtu, panelista del T-MEC y ex negociador del TLCAN, expresó inquietud por las declaraciones de Trump en la Convención Nacional Republicana. Trump amenazó con aranceles de hasta 200% a los automóviles eléctricos fabricados en México y presionó a las automotrices a producir en Estados Unidos para poder vender en el país. Uruchurtu destacó la ironía de que el T-MEC, promovido por Trump, ahora sea objeto de críticas del mismo político que lo impulsó, anticipando tensiones en la revisión del tratado programada para 2026.
Kenneth Smith, socio de Agon, subrayó que las declaraciones de Trump reflejan su enfoque de nacionalismo económico y uso de aranceles como herramienta de negociación. Sin embargo, Smith señaló que México y Canadá están relativamente protegidos por el T-MEC, ya que pueden imponer represalias comerciales en respuesta a barreras unilaterales de EE.UU.
César Hernández, socio fundador de Publius Consultores, advirtió que un arancel del 10% a las exportaciones mexicanas sería perjudicial, pero si México queda exento, podría ganar participación de mercado en EE.UU. Hernández también anticipó un escenario difícil para México en la revisión del T-MEC en 2026, debido al fuerte proteccionismo de Trump.
La Secretaría de Economía de México tendrá un papel crucial en la próxima administración, con la necesidad de desarrollar una estrategia sólida para enfrentar estas amenazas comerciales. Además, el nearshoring se presenta como una política estratégica para EE.UU., enfocada en desarrollar industrias clave como vehículos eléctricos, energías limpias y semiconductores.
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